CUANDO ALGUIEN SE VA
Hay muchas maneras de partir
Encuentros y desencuentros, nacer y morir. La vida está llena de bienvenidas y despedidas de todo tipo. Todo esto, conforma un duelo.
Vivimos "dejando ir", a lo que no siempre hemos aprendido. "Aprender a dejar ir" es algo sumamente complicado, es muy difícil. "Soltar"... Difícil, doloroso... Inevitable.
I n e v i t a b l e
Uno no entiende por qué a veces lo más querido se va de uno, "tan fácil que hubiera sido que permaneciera, tan sencillo que hubiera sido que se quedara". Es algo que no es sencillo de procesar.
Y por desgracia no es así. Se conjuntan factores de todo tipo: circunstancias ajenas a nosotros, decisiones de terceros, juegos de la vida y hasta el mismo azar.
Se van los días, se va la vida. Un día que se va es una pérdida, por absurdo que pudiera parecer. El cambio de casa, el término de un ciclo escolar que provoca una nostalgia innegable aún días antes de que suceda comienzan las despedidas, las firmas de los compañeros en "recuerdo" de los días vividos, de las experiencias compartidas. Se crean nuevas expectativas, pero ahí hay un dolor bien clavadito que no es nada fácil de sobrellevar. Sin embargo, es inevitable.
Y son innumerables las cosas y casos que se van de nuestras vidas, que se van de nuestras manos sin que lo podamos remediar. Recuerdo que de chiquitas las niñas en la escuela hacíamos un "pacto de amistad para toda la vida". Desde allí ya siente uno la necesidad imperiosa de establecer LAZOS, de permanencia, de cariño sincero que perdure, que se quede, que no nos deje solos! En realidad, le tememos a la soledad, a dejar las raíces.
Pronto, bastante pronto, (a veces demasiado) aprendemos a enfrentar lo que es la pérdida de un ser querido. La que no tiene remedio... Decimos (aunque en realidad las pérdidas que mencionamos tampoco lo tienen!). En estos casos (la muerte) de diferentes maneras lo encaramos. Es un dolor que quema, es inenarrable. No hay nada con qué compararlo, no hay palabras para explicarlo, no hay forma de expresarlo por más que lo intentemos. Las palabras no ayudan, en el alma queda clavado lo que se siente, lo que se experimenta y que ningún relator, ni el mejor del mundo, lo podría asemejar ni con el mejor vocabulario ni la redacción y narración más impecables. Vamos, ni el premio nobel. Aún cuando amo los sitios a donde los escritores me han hecho llegar con sus trabajos, trabajos del intelecto y del sentir, parajes que de no ser por ellos no hubiese visitado, vidas en las que he participado con la mía propia sólo por ellos... Aún con todo eso, no he encontrado una descripción de las nostalgias del alma mía. Bueno, ni siquiera mis propias palabras.
El dolor de una partida que podría en apariencia ser "innecesario", es algo muy fuerte. Demasiado, quizás. ¡Sí! Ese que llegó, o regresó, y volvió a irse, es una pérdida repetida. Aunque la más dolorosa haya sido la primera, la emoción de un segundo encuentro, aún no tangible, es hermosa y es potente. Por tanto, la nueva ausencia constituye otra pérdida, un duelo más.
Cuando alguien muere ya sabes en dónde se encuentra. Es difícil, duro enfrentarse y absolutamente todos lo hemos vivido y habremos de vivirlo más. ¡Es así la vida! Pero cuando es la pérdida de alguien que vive y que pierdes una y otra vez por alguna razón, no encuentras respuestas. Pero, si apuestas a los sentimientos, vale la pena. Y no, no es lindo pero si eliges una forma de vida que te prive de ciertas cosas por temor a sufrir, simplemente dejas de vivir.
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Nostalgia |
"Las palabras nunca alcanzan cuando lo que hay que decir desborda el alma"
Julio Cortázar
"Estar vivo parece siempre el precio de algo".
Julio Cortázar
"No me hables, si quieres, no me toques, no me conozcas más, yo ya no existo. Yo soy sólo la vida que te avisa y tú eres la muerte que resisto".
Jaime Sabines
"Yo me voy a otra parte. Y me llevo mi mano, que tanto escribe y habla".
Jaime Sabines
Yo, sí estuve. Creo que seré esa nubecita color rosa que ronde tu cabeza por si acaso, por si acaso...
mmh
es difícil cuando alguien se va. buen post
ResponderBorrarMuchas gracias por tu visita y tu comentario ☺️.
ResponderBorrarLa vida es así unos llegan y otros se van, lo doloroso es aceptar esa perdida que tanto nos aportaba y que tanta falta nos hacía, sin embargo tengo la esperanza de un reencuentro donde sea, no importa pero solo pensar que puedes volver a abrazarlos me ayuda a seguir. Besos, muchos besos
ResponderBorrarAsí es Mar, eso nos ayuda a seguir. Gracias siempre, besos y abrazos.
Borrarmuy buen relato me llego al alma ya que en cuestión de 1 año se fue mucha gente importante para mi saludos
ResponderBorrarToda mi empatía por lo sucedido, un gran abrazo y gracias por tu visita 💜
BorrarAh, sí... el síndrome de la silla vacía.
ResponderBorrarSí! Y el vacío del que está vivo y se fue porque sí. Gracias! Un abrazo.
BorrarMaty, resulta un duelo que impacta sobre manera cuando vas a iniciar un día como cualquier otro y te dicen que llevan dos años que ya no te quieren y que se van, el impacto no sobrepaso mi entendimiento de quien soy y la deje ir, ya en soledad, boom el golpe de saber que ya no esta, y al pasar de las semanas más aún cuando ni siquiera quiere saber de ti, bueno lo, pero del caso es que en un enfrentamiento hasta planeado te dicen que no valías la pena, caray me tiraron al piso y hoy ahorita estoy de pie y buscando nuevos horizontes, lo que ella no sabía que al liberarme puedo sacar mi mejor versión y lograr muchas cosas, ahora me siento muy fuerte y sé que saldré adelante.
ResponderBorrarMuchas gracias por tu artículo y personalmente muchas gracias por tus palabras de aliento, espero en la medida de lo posible poder contribuir como tu lo has hecho, tu amigo Rubén.